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Crónica de un remero ocasional

jueves 17 agosto 2023

El pasado sábado 12 de agosto en la Bahía de Santander tuvo lugar la regata “Mar de Júbilo“, un encuentro de traineras que se viene celebrando desde hace algunos años, con diferentes nombres y participaciones, internacional inclusive.

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En esta ocasión contó con la presencia de la directora general de Deportes del Gobierno de Cantabria, Susana Ruiz Nuñez, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Marina de Cudeyo, Matías Laza Cavada, y Chepe Sainz, coordinador de Navigatio, organizador del evento.
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Participaron en el encuentro marinero traineras y remeros de Laredo, Castro Urdiales y Bahía de Santander (Marina de Cudeyo, Camargo y Santander), puertos históricos que en su día conformaron la “Hermandad de las Cuatro Villas de la Costa Mar”, junto a San Vicente de la Barquera, en la Edad Media y Moderna. Fue esta la organización administrativa y económica más antigua de nuestra comunidad y posiblemente el embrión de lo que hoy conocemos como la Cantabria actual.
Con los privilegios que el rey Alfonso VIII les otorgó, como el derecho a comerciar y llegar a acuerdos directamente con las ciudades europeas más importantes de la época e incluso con el Rey de Inglaterra, abrieron el camino a la expansión del Reino de Castilla, demostrando el valor de la convivencia con otras culturas a través de los siglos con el mar como nexo de unión, y que en una suerte de "revival" ahora impulsa Navigatio con el proyecto Mar de Júbilo en sus encuentros de Londres, Paris, Cork o Venecia, donde se enarbola la bandera del Cantábrico centrada en la Bahía de Santander.
Salieron las naves a la hora prevista desde el puerto viejo de Pedreña, y cubrieron diez millas náuticas en una mañana típica santanderina, en un principio nublada y con lluvia al final. Un espectáculo clásico y tradicional en el que un numeroso grupo de hombres y mujeres compitieron deportivamente, cayendo el triunfo en esta ocasión del lado de Castro Urdiales.
Participaron además varías embarcaciones de la bahía y del puerto de Pedreña, que salieron a observar y jalear a los profesionales. Después, en hermandad, todos a comer. Y quien escribe esto, un intruso de tierra adentro ayer disfrutó a lo grande del remo, de la mar y de la compañía. Hoy, un día después, es lo malo, la espalda, las piernas, los brazos lo notan, pero aún así, todo muy satisfactorio. Algo ilusionante y a repetir. Una maravilla navegar por el mayor estuario de la costa norte de España. Una bella bahía, infinita y única!!
Arículo escrito por Pedro Lorenzo De Castro
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