El Camino Lebaniego, un camino de unión y reencuentro

Hace poco menos de un mes que se inauguró el septuagésimo cuarto Año Jubilar 2023-2024, un acontecimiento que reunió a millares de personas alrededor del monasterio de Santo Toribio el 16 de abril, emocionadas ante la solemne ceremonia de apertura que, tras hacer sonar los golpes de martillo, dio lugar al momento esperado por el público expectante. La Puerta del Perdón quedó entonces abierta para volver a acoger a cuantos peregrinos, visitantes y turistas quisieran atravesarla en señal de devoción y respeto, dando la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria o gracia jubilar, un aliciente más que se suma a esta magna celebración.

Misa del Peregrino en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.

El monasterio de Santo Toribio, que celebra el privilegio del Jubileo desde la Edad Media junto con las ciudades de Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, sigue recibiendo peregrinos de todos los rincones del país y del mundo, llegados a pie, a caballo o en bicicleta, cada uno con diferentes convicciones, designios y motivaciones. Y no es para menos que el camino que conduce hasta el cuarto Lugar Santo de la cristiandad y su preciada reliquia, el Lignum Crucis, sea cada vez más transitado y valorado por quienes desean una experiencia inmersiva en la naturaleza y que hace posible percibir la autenticidad del territorio que pisan.

Bicigrinos procedentes de León desde el Camino Lebaniego Castellano.

El Camino Lebaniego dirige los pasos de sus crucenos o cruceros, como se les denomina a los peregrinos que discurren entre sus términos, a través de la historia, la cultura y la tradición envueltos en un escenario natural sin precedentes. Ya sea a través de la ruta que parte desde San Vicente de la Barquera, la que transcurre a través de la vertiente Castellana, la Leonesa, la Vadiniense o incluso la Asturiana, cada uno ofrece una experiencia única y especial. Este camino de peregrinación comunica mar y tierra, permite enlazar el Camino de Santiago de la Costa con el Camino Francés, convirtiendo a Cantabria en la única región del mundo cristiano que goza de tener dos caminos de peregrinación declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, contando cada uno con su propio año jubilar. Con esto podemos decir que el Camino Lebaniego no solo une caminos, sino que también une personas, liga culturas y borra fronteras.

Juska y Martino, peregrinos procedentes de Chequia.

Mark, desde EE. UU, llegó desde Santiago de Compostela a través del Camino Vadiniense.

Después de todo, el peregrinaje se convierte en una vivencia propia de cada uno, una oportunidad para desconectar y volver a conectar con uno mismo, para desprenderse de lo mundano y abrazar lo espiritual y lo natural. Un momento para el autodescubrimiento, para cumplir un deseo, una promesa o una superación personal que permite, además, conocer y crear vínculos con otras personas que se encuentran a lo largo del camino. Muchísimas posibilidades equiparables a los muchos peregrinos que han visitado el monasterio en las últimas semanas y que han querido contar sus historias y formar parte de una celebración vivida con gran arraigo en la comarca lebaniega. La magnitud que alcanza este acontecimiento se ha visto reflejado en la enorme afluencia de peregrinos y visitantes que han visitado el sagrado cenobio en el recién estrenado Año Jubilar, reafirmando así la relevancia y poder de atracción de este episodio trascendental en nuestra tierra de júbilo.

Llegada masiva de autobuses a la explanada del monasterio de Santo Toribio.

Liébana seguirá siendo la protagonista de este excepcional evento que pondrá de relieve la importancia de su trayectoria histórica en toda la comunidad cántabra e incluso en España, el valor y la riqueza de sus costumbres defendidas con firmeza por sus pobladores, la identidad propia de una comarca llena de matices, de contrastes y singularidad.

Artículo: Fundación Camino Lebaniego/Sandra Jiménez