El legado religioso de Liébana
viernes 25 marzo 2022La comarca de Liébana se caracteriza, entre otras muchas cosas, por ser un territorio donde la devoción religiosa se palpa en las en numerosas construcciones de iglesias, santuarios y ermitas salpicadas por toda la región desde siglos tempranos.
De entre todas ellas, podemos resaltar tres edificaciones representativas del arte medieval en Cantabria. Estas son: el monasterio de Santo Toribio de Liébana, la iglesia de Santa María de Lebeña y la iglesia de Santa María de Piasca.
EL MONASTERIO DE SANTO TORIBIO DE LIÉBANA
Este cenobio declarado lugar santo de la cristiandad desde la Edad Media, título que comparte con Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, se encuentra arropado por los pliegues del monte la Viorna, enmarcado en un paraje de singular belleza. Su fundación se remonta al siglo VI, cuando Toribio de Palencia junto a otros monjes decidieron entregarse a la oración bajo la guía de un Abad.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
Sin embargo, no adquiere relevancia histórica hasta el siglo VIII, cuando el Abad Beato escribió su obra “Comentario al Apocalipsis”, que gozó de gran difusión y dio origen a los célebres “Beatos de Liébana”.
Foto: Fundación Camino Lebaniego/ Natalia Magdalena
En el siglo IX, el monasterio, entonces conocido como San Martín de Turieno, se convierte en el refugio del Lignum Crucis (trozo de la cruz de Cristo), traído de Jerusalén por el primer obispo de Astorga con el fin de protegerlo del avance árabe al norte de la península. Esto hizo que en 1512 el monasterio se convirtiera en un importante centro de peregrinaciones, obteniendo el privilegio del Año Santo concedido por el Papa Julio II.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
Las primeras construcciones previas al actual monasterio se encuadran en el estilo prerrománico, pasando por ampliaciones durante los siglos X y XI, datando la actual iglesia del año 1256.
Se compone de un cuerpo de tres naves de similar altura y una cabecera de tres ábsides poligonales, cubiertas con bóvedas de crucería. El templo muestra características propias del gótico monástico de influencia cisterciense, cuya escasa decoración se concentra en los capiteles y llama especial atención la excepcional cúpula adornada con símbolos de la Pasión y otros motivos heráldicos.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
La capilla del Lignum Crucis es de estilo barroco colonial (S.XVIII), al igual que el camarín que protege la reliquia.
En cuanto a su fachada exterior, se observan dos portadas, destacando la Puerta del Perdón como símbolo del Jubileo, cuya solemne apertura se realiza únicamente cuando el 16 de abril cae en domingo, día de Santo Toribio. Cuando el 16 de abril coincide en Domingo de Resurección se pospone una semana la apertura de la Puerta del Perdón, como ya pasó en la celebración de 2017.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
En su claustro, de estilo herreriano (S. XVII), se puede apreciar un magnífico relieve de Beato en su Escriptorium, realizado por Jesús Otero.
En 1837 la desamortización de Mendizábal acaba con la vida monástica del templo, iniciando la decadencia del monasterio y siendo restaurado posteriormente en 1960 bajo la custodia de la Orden Franciscana.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
IGLESIA PRERROMÁNICA DE SANTA MARÍA DE LEBEÑA
Ubicada en pleno Desfiladero de la Hermida, encontramos una de las mejores y más importantes muestras de la arquitectura mozárabe de España, ya que reúne de forma extraordinaria las tres corrientes que definen este arte: la asturiana, la visigoda y la musulmana.
Foto: Fundación Camino Lebaniego/ Natalia Magdalena
Esta iglesia fue fundada por los condes de Liébana, Alfonso y Justa, en la primera mitad del siglo X, de acuerdo con el Cartulario del monasterio de Santo Toribio de Liébana, el cual recoge la leyenda que cuenta que los condes de Liébana mandaron levantar la iglesia con la intención de albergar los restos de Santo Toribio. Sin embargo, al efectuarse el traslado de los restos del santo, los condes quedaron ciegos, interpretándose entonces que la voluntad del santo era no ser trasladado a dicho lugar, utilizándose hasta día de hoy como parroquia del pueblo.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
Es de planta rectangular y posee tres naves rematadas en tres ábsides paralelos. La nave central es más ancha y alta que las laterales, estando cubiertas las tres por bóvedas de cañón y separadas por pilares y columnas adosadas donde se apoyan los arcos fajones y formeros. Los pilares, rematados por capiteles corintios, tienen collarino doble y soportan arcos de herradura, a excepción de la zona de la cabecera, donde los arcos son de medio punto.
Foto: Turismo de Cantabria
El arco triunfal está enmarcado por un alfiz de tradición musulmana. Conserva el frontal del altar, presentando una rica decoración grabada y a veces pintada. En el exterior las cornisas contienen modillones ricamente decorados con esvásticas y flores de seis pétalos.
Foto: Turismo de Cantabria
Los muros son de mampostería con sillares en los esquinales. El edificio tiene adosado un pórtico y una sacristía de época barroca. Fue declarada Monumento Nacional en 1893 y, tres años más tarde, fue objeto de una completa restauración en la que se sustituyó la torre adosada por la exenta actual.
IGLESIA ROMÁNICA DE SANTA MARÍA DE PIASCA
La iglesia localizada en la pequeña localidad de Piasca, en el ascenso hacia el Puerto de Piedrasluengas, es un antiguo monasterio dúplice cuyas primeras menciones datan del año 930, aunque la iglesia original fue realizada a finales del siglo XII, según una inscripción que marca la finalización de la construcción protogótica en 1172, siendo además reconstruida en sucesivas épocas, principalmente hasta el siglo XV.
Foto: Turismo de Cantabria
Este cenobio ganaría relevancia en el siglo XI, bajo la protección del Conde de Liébana, que se convertiría, junto al monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el centro religioso más importante del valle.
La iglesia es una de las manifestaciones más antiguas del románico en Cantabria, siendo del mismo modo uno de los mejores ejemplos de este estilo arquitectónico por su excepcional nivel de conservación, además de resguardar el Cartulario de gran interés histórico. Destaca la magnífica decoración escultórica de los capiteles y las arquivoltas, especialmente una de ellas que incluye leones, cabezas de animales y humanas o personajes tocando algún instrumento.
Fotos: Fundación Camino Lebaniego
Por encima de la portada hay una triple hornacina formada por un arco central apuntado y dos lobulados con esculturas de San Pedro, San Pablo y la Virgen con el Niño, esta última talla del siglo XVI. El muro del hastial se remata con una robusta espadaña. En el Museo Diocesano se conserva un crucifijo esmaltado de Limoges, de gran calidad, con fecha en el siglo XIII.
Artículo: Fundación Camino Lebaniego/ Sandra Jiménez