¡Vuelve la Fiesta del Orujo!
jueves 04 noviembre 2021El próximo viernes 12 de noviembre, tendrá lugar la XXIX Edición de una de las fiestas con más arraigo que vive la comarca de Liébana: La Fiesta del Orujo. Ésta, que fue declarada fiesta de Interés Turístico Nacional en el año 2012, congrega a miles de personas con el fin de disfrutar del gran ambiente que se genera en la capital de la comarca de Liébana, Potes, y de degustar uno de los productos más afamados de los que presume esta rica región cántabra.
La Fiesta del Orujo se lleva celebrando cada año el segundo fin de semana de noviembre (siempre y cuando las circunstancias lo permitiesen) desde 1984. Sin embargo, en 1986, debido a la nueva Ley de Impuestos Especiales que prohibía la destilación casera o con alquitaras móviles, la fiesta no pudo celebrarse de nuevo hasta 1994.
Foto: Gobierno de Cantabria
Los orígenes de la tradicional elaboración del orujo se remonta siglos atrás, desde la Baja Edad Media, cuando en las vendimias que realizaban en los monasterios se reservaba el hollejo de la uva para posteriormente destilarlo en alquitaras de cobre y obtener el valioso licor, que entonces servía como moneda de cambio. Este proceso de elaboración se ha mantenido intacto gracias a la tradición oral y la sabiduría popular. Las alquitaras donde se fabrica el orujo, entre otros productos, eran los utensilios con los que mejores resultados obtenían, trabajando a temperaturas bajas y recogiendo todos los aromas y sabores de la uva. El cuerpo de estas ollas consta de tres partes:
· La parte inferior, la caldera: Aquí se introduce el hollejo o “bruju”. Las calderas están revestidas de una cámara de agua o aceite para que la destilación se produzca al “baño María”, haciendo que el calor llegue al hollejo de una forma más uniforme.
· El capotillo, la parte intermedia que une la caldera con la copa.
· La parte superior, la copa: Se coloca sobre el capotillo. Tiene forma de embudo invertido y está llena de agua fría, de modo que cuando recoge los vapores procedentes de la parte inferior, estos se condensan por el choque de temperaturas y se canalizan por un conducto hasta el exterior.
La alquitara se coloca al calor sobre los quemadores, fuerte al principio y más suave cuando empieza a destilar. La parte inicial del destilado se llama cabezas, y la parte final, colas, siendo éstas posteriormente recicladas, quedándose únicamente con la parte central, llamada corazón, destinadas a hacer aguardiente y macerar. La destilación debe ser lenta y regulada, de modo que se obtengan los grados convenientes, generalmente alrededor de 50o de alcohol durante un proceso que dura alrededor de doce horas. Este mismo procedimiento de elaboración de orujo se mantiene desde la Baja Edad Media, con la diferencia de que en aquel entonces empleaban leña de encina para calentar las alquitaras.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
La I Fiesta del Orujo tuvo lugar el 1984, cuando un grupo de amantes de la elaboración tradicional del orujo quisieron dar a conocer y explicar el complejo proceso de elaboración de este aguardiente con el fin de mantener viva la tradición de todo un pueblo y su cultura. Consistía en la realización de una destilación pública seguido de una degustación del preciado líquido, al igual que hasta entonces, donde se le suma un acompañamiento de actuaciones musicales, desfiles, juegos, pasacalles, entre otras manifestaciones folclóricas.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
Cada año se elige a un personaje público como “Orujero Mayor “, quien se encarga de dar el pregón, además de participar activamente en las actividades que se desarrollan durante la celebración, como el encendido de las alquitaras. El Orujero Mayor es recibido junto con las autoridades por la Cofradía del Aguardiente del Orujo y del Vino Lebaniego, quienes serán acompañados al Salón de Plenos de la Casa Consistorial, donde firmará en el libro de honor de la fiesta. Más tarde, éstos recorren las calles de la villa escoltados por un desfile de grupos folclóricos y de cofradías gastronómicas, donde además se exhiben los tradicionales trajes regionales cántabros.
Foto: Gobierno de Cantabria
A continuación, se procede a la proclamación del Orujero Mayor en la carpa de La Serna, quien dirigirá unas palabras a los vecinos y visitantes concentrados en el recinto, dando pie al inicio de actuaciones populares y degustaciones de diferentes variedades de orujo, licores y cremas en los expositores de las productoras orujeras que participan en la celebración, además de la tradicional cata a ciegas por un jurado especializado quien determinará el mejor orujo de ese año.
Foto: Ayuntamiento de Potes
Los beneficios obtenidos durante esta fiesta son destinados a organizaciones sin ánimo de lucro y cofradías dedicadas a fines sociales y de promoción del producto. Un dato cuanto menos curiosos acerca de esta fiesta es que todo el orujo producido en la misma debe ser consumido en el momento.
Foto: Fundación Camino Lebaniego
El último día de la fiesta, el domingo, se procede al encendido de las alquitaras, a la comunicación del fallo del jurado y la entrega de la Alquitara de Oro a la orujera ganadora, premio que se otorga oficialmente desde 1999.
Foto: Gobierno de Cantabria
Esta fiesta, cargada de buen ambiente y enmarcada en un espectacular paraje, consigue reunir a miles de personas anualmente, siendo una excelente oportunidad para dar a conocer un producto cuya elaboración se ha mantenido durante siglos, y que sirve como un importante impulso para el turismo, la gastronomía, la cultura y la economía.
Orujo casero en muchas casas
No se puede entender el orujo sin los orujeros de toda la vida. Manel Cayo nos contaba en una ocasión cómo hacía con sus hermanos el orujo, cuando cada casa lo realizaba y lo guardaban para consumo propio.
Manel Cayo.
Por otro lado, otra de las orujeras que retoma la tradición familiar de esta centenaria actividad es Isabel García, propietaria de la destilería Orulisa, productora del orujo “Los Picos” y “Justina de Liébana”. Cuenta que su abuela, Justina, tenía su propia alquitara de cobre en casa, sirviéndole de modelo a su madre, Carmen, quien levantó la primera orujera artesanal de España: “Nunca se perdió la tradición de que cada pueblo tuviera una alquitara, como la de Tina, que iba de puerta en puerta destilando por carrales (16 litros) de aguardiente que servía para encabezar los vinos, calentarse por las mañanas en el campo, tomar la parva -pan mojado en orujo- en la merienda o agasajar al médico cada vez que se acudía a la consulta en Santander” cuenta en una entrevista para la Guía Repsol.
En otro artículo recogido por el autor Gabino Santos Briz, señala que “los productores de vino y orujo recorrían después las casas del pueblo ofreciendo la venta de las botellas que llevaban en un burro. También Eugenio Santos, natural del Concejo y residente en Bodia, ofrecía el orujo que elaboraba con uva de sus propias viñas”.
Programa de la Fiesta del Orujo 2021. Foto: Info Liébana
Artículo: Fundación Camino Lebaniego/ Sandra Jiménez