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Un deportista con la enfermedad de Crohn recorre el Camino Lebaniego para dar a conocer esta afección y recaudar fondos destinados a su investigación
lunes 06 julio 2020El joven de Barakaldo ha corrido los 72 kilómetros de la ruta lebaniega desde San Vicente de la Barquera hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde ha recibido la bendición del Lignum Crucis
La Fundación Camino Lebaniego, entidad pública adscrita a la Consejería de Educación, Formación Profesional y Turismo, recibió con ilusión el doble reto marcado por Roberto Rebollo, un joven deportista de Barakaldo que padece la enfermedad de Crohn desde hace más de una década. El reto consistía en, por un lado, realizar el Camino Lebaniego corriendo y, por otro, recaudar fondos para la investigación de enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn y Colitis Ulcerosa), unas afecciones poco conocidas a las que el corredor quiere dar visibilidad.
La prueba arrancó este sábado 4 de julio a las 6:00 horas desde San Vicente de la Barquera hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, meta de la peregrinación lebaniega. El recorrido oficial de 72 kilómetros atravesó todas las poblaciones de mar y montaña que transcurren por el itinerario lebaniego, llegando a las 17:15 horas al santuario del Lignum Crucis. En el cenobio asistió a la bendición de la Santísima Cruz y recibió una ofrenda por parte del padre franciscano Patxi Bergara, en honor a su labor solidaria y de superación.
La carrera comenzó al amanecer en San Vicente de la Barquera, donde empieza la primera etapa del Camino Lebaniego y donde además transcurre el Camino de Santiago del Norte, ambos Patrimonio de la Humanidad. Antes de la salida, el alcalde de la villa marinera, Dionisio Luguera, saludó al runner y le deseo suerte.
Durante el trayecto, Roberto fue sellando su credencial y paró en los puntos de avituallamiento fijados en Cades, Lafuente, Lebeña y Tama. ACCU Cantabria, Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Cantabria representada por su presidente, José Ramón Diego, estuvo presente apoyando al atleta. Asimismo, la Fundación Camino Lebaniego que grabó todo el periplo para, de esta manera, contribuir con la visibilización de esta causa solidaria.
A este respecto, esta entidad pública y ACCU Cantabria impulsarán un evento para proyectar el vídeo. Unas jornadas para poner en valor el poder de los caminos de peregrinación como herramientas para cumplir sueños personales y apoyar causas benéficas.
En la llegada a las 17:15 horas, familiares y amigos jalearon a Roberto Rebollo en una jornada, que según nos ha manifestado ha sido: “Preciosa aunque dura por las altas temperaturas y una lesión de rodilla”. No obstante, asegura que el Camino Lebaniego se lo recomienda a todo el mundo porque es de una belleza que nunca antes había visto en una carrera, “¡Y miren que he hecho carreras!”, apostilló.
En su recepción, se encontraba también el director de la Fundación Camino Lebaniego, Manuel Bahíllo, quien le felicitó y alabó. Además, el director recordó que existen muchas maneras de peregrinar y que este tipo de retos son “un acto heroico que dan fuerza y ánimo a personas en situaciones vulnerables”.
El reto
Roberto Rebollo, de Barakaldo, confiesa que esta iniciativa surgió en el confinamiento por Covid-19, momento en el que se suspendieron la mayoría de pruebas deportivas. Fruto de ese parón, Roberto pensó en prepararse para cumplir un doble sueño que abarcaba la realización del Camino Lebaniego, que siempre había querido hacer, y mostrar a la población una enfermedad silenciosa, que él mismo padece, y que necesita un empuje en investigación. En este sentido, el barakaldés ha aportado su granito de arena recaudando fondos que irán íntegramente a ACCU España para seguir los estudios de avance para curar a los enfermos de estas enfermedades silenciosas.
ACCU España
ACCU España es una confederación nacional con 8.000 personas asociadas repartidas en 36 asociaciones, entre las que se encuentran ACCU Bizkaia y ACCU Cantabria. Las tres son organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan para que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal y su entorno no se encuentren limitaciones en su día a día. Para ello se ofrecen servicios y actividades tanto individuales como en grupo que ayudarán al paciente a conocer mejor su enfermedad y manejarla y, por lo tanto, vivir mejor con ella.